Nunca obligues a tus hijos a saludar a los mayores, los expertos te explican por qué

Las maneras de educar a tus hijos son tan diversas como el mundo, incluso Harvard tiene una 'fórmula' para hacerlo bien, pero nadie es perfecto y se pueden cometer algunos errores que confundan a los pequeños durante su crianza.

Uno de ellos es obligar a tus hijos a abrazar o besar a alguien, conocido o no. Quienes defienden esta práctica consideran que se trata de enseñar buenos modales.

¿Está mal que mis hijos no quieran besar a mis familiares?

De acuerdo con el doctor Jack Levine, miembro del comité ejecutivo de la Academia de Pediatría Americana, lo que está mal no es que no quiera, sino obligar al niño a hacerlo.

Levine explica que sentirán que habrá fuerzas externas igual o más importantes que sus propios sentimientos, algo que podría afectar su desarrollo emocional a futuro, dejando sin un valor concreto sus sentimientos.

«Si fuerzas a los niños a abrazar o besar a alguien que no conocen bien, les enseñas que no tienen voz en la decisión de a quién mostrarle su afecto. Comenzarán a creer que mostrar su afecto se debe de hacer siempre que se solicite sin importar lo que sienta o piense».

Por su parte, la doctora en pediatría Nancy Steinberg explica que obligar a los niños a besar o abrazar tiene otras secuelas negativas en su desarrollo emocional. Ella explica los siguiente:

-Impide desarrollar sus defensas naturales ante los extraños.

-Desestimas las señales de alerta que genera el niño referentes a esa persona. Puede que el pequeño se sienta amenazado por la persona o que se base en experiencias reales.

-Creerá que no hay decisión sobre su propio cuerpo y decisiones.

-Pensará que los adultos tienen todo el derecho de tocarle cuando y como quieran, incluso sin su consentimiento.

Ambos especialistas tienen una visión similar al respecto. La respuesta es: NO LOS OBLIGUES. Es posible que sólo se sienta indispuesto o no se encuentre con la suficiente confianza. Habla con tu pequeño, bríndale tu atención para hacerle saber que puede confiar en ti y, sobre todo, no los regañes.

Como adulto tu papel es comprender que su carácter es diferente al tuyo y está desarrollándolo. También que puede tardar más que otros niños en tomar confianza, nunca los compares con otros.

Fuente: Vix