Hay personas que no se dan cuenta de lo que hacemos por ellas hasta que dejamos de hacerlo
Algunas personas piensan que por ser amigos, pareja o familia tenemos que dar apoyo en cualquier circunstancia. Hay personas que asumen como algo natural que van a recibir ayuda de tu parte, pero la vida es como cuidar a un árbol que para fomentar su desarrollo debe de ser cuidado todos los días, si asumimos que el árbol siempre estará ahí y no necesita cuidado un día el árbol se marchitará.
Todas las relaciones deben de cuidarse en todo momento. Y es cuando una relación deja de estar presente en el que muchas personas valoran lo que hemos hecho por ellas y quizá sea demasiado tarde.
Claro que es importante ayudar a cambio y también necesitamos que sea un intercambio equitativo sin tener que pedir. La gente suele imaginar que las relaciones son como una enorme línea donde en un extremo una persona tiene que apoyar y la otra recibir.
No se trata de que alguien nos devuelva el favor, sino establecer relaciones en las que ambas partes ganen, se retroalimentan y estén basadas en la amistad y el reconocimiento.
La mejor forma de apoyar es con una verdadera acción de empatía para conectar y entender su malestar sin que sus problemas te arrastren. Recuerda que por mucho que puedas ayudar, las decisiones finales nunca estarán en tus manos y, por ende, tu implicación emocional también debe limitarse a lo que puedes hacer.
A veces la ayuda, aunque bien intencionada, puede generar actitudes egocéntricas, demandantes o dependientes en el otro. Por eso, la ayuda siempre debe ser dosificada, pensada para que el otro crezca y no para generar esas dependencias.
Sólo recuerda: .Hay personas que no se dan cuenta de lo que hacemos por ellas hasta que dejamos de hacerlo. Ayudar es estar siempre dispuesto más no disponible. Ayudar es reconocer que lo haces por amor y no por subir el ego y finalmente ayudar es ser empático ante las necesidades de otras personas.
Fuente: Viajero peligro
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