Luce un rostro de bebé con esta mascarilla casera de avena

¿Recuerdas aquellos días en los que tenías una piel de porcelana? Sí, cuando estabas pequeña y no te preocupabas por nada que no fuera jugar y jugar. Pero el paso de los años no perdona, ¿cierto? Sin embargo, hay unos cuantos trucos que puedes usar para tener un cutis envidiable. Por ejemplo: hoy te diré cómo lucir un rostro de bebé con una mascarilla casera de avena. ¿Qué te parece? 


Primero… ¡exfolia!

Primero tienes que hacer una mascarilla para exfoliar. Mezcla 3/4 de taza de avena con 1/3 de taza de agua tibia. La clave es que obtengas una pasta pegajosa. Aplícala con la yema de los dedos en el rostro (e incluso en los hombros). Enjuaga con agua tibia cuando sientas que la mascarilla está seca. Luego, seca la piel con una toalla limpia e hidrata con crema.

Para la mascarilla sólo necesitas 3 ingredientes: 2 cucharadas de harina de avena (30 g), 3 cucharadas de miel (25 g) y el juego de 1 limón grande. Mezcla los 3 ingredientes hasta obtener una consistencia espesa. Esparce sobre tu rostro y cuello limpios y deja actuar por 30 minutos. Enjuaga con agua tibia y finalmente sella con crema hidratante.

Limpieza profunda

La principal ventaja de la avena es su acción limpiadora en la piel, ya que esta se libera de toda la suciedad y residuos que se acumulan en los poros. Además, contiene proteínas que cuidan la estructura de la piel y mantienen su pH. También ayuda a evitar la deshidratación protegiendo el cutis de las agresiones externas. En resumen, posee propiedades exfoliantes, hidratantes y reparadoras que aclaran y humectan la piel. ¿Cómo te quedó el ojo? ¡Pues no pierdas tiempo y prepara estas mascarillas!

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