Estrategias para mamás con hijos que crecen con un papá ausente
Crecer con un papá que está lejos o ausente es muy difícil para los niños, porque se enfrentan a un sinfín de situaciones que pueden causarles dolor, tristeza y soledad, y eso como mamás nos parte el corazón.
A veces nosotras mismas no sabemos qué decir ni cómo explicarles esa ausencia para que no los impacte emocionalmente, sobre todo cuando empiezan a ver ejemplos de la cercanía de otros papás con sus hijos, o las típicas preguntas de los compañeros de escuela sobre dónde está su papá.
Cierto, criar a un hijo con un papá lejos no es fácil, sin embargo, existen estrategias que podemos poner en práctica para apoyar a nuestros peques con papás ausentes:
1. Buscar figuras paternas constantes
Pueden ser abuelos, tíos o amigos que siempre estén cerca para apoyarlos, para despejar dudas y que sientan que siempre contarán con ellos cuando los necesiten.
2. Buscar modelos masculinos a seguir para ellos
Estos modelos son los que les servirán de inspiración para ser mejores cada día, pueden ser profesores, entrenadores, papás de amigos y primos.
3. Buscar una tribu que te acompañe en el proceso
Criar sola no es fácil, no estamos diseñadas para hacerlo solas. Cuando pertenecemos a un grupo, la travesía se hace más ligera.
4. Ser muy claras
Esto es básico y debemos poner límites con amor desde un inicio sobre cómo esperamos que nos traten y nos hablen nuestros peques, y también es necesario que los tratemos igual nosotras, es decir, con respeto y comunicación.
5. Mostremos nuestro amor siempre
El cuidado, la comunicación y el amor ayudan a estrechar vínculos con nuestros hijos, así que escuchemos lo que piensan, lo que sienten; validemos sus emociones y consolemos cuando lo necesiten. Además, juguemos y pasemos tiempo de calidad y consciente con ellos, es decir, dejemos a un lado el celular para enfocarnos en las actividades y divertirnos.
6. Buscar espacios y personas que nos ayuden a desahogarnos
Siempre es necesario “sacar” todo lo que tenemos dentro, lo que nos preocupa, lo que nos entristece y lo que nos hace sentir culpables. Jamás olvidemos que si nosotras estamos bien, nuestros hijos también lo estarán, así que es válido hablar y desahogarse.
Fuente: Naran xadul
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