El mal humor del papá puede dañar el desarrollo de sus hijos.
No importa si el mal humor es de papá o mamá, ambos pueden afectar de sobremanera a sus hijos.
Un papá que está de malas todo el tiempo no solo está demostrando que no puede manejar sus propias emociones también está generando efectos negativos en el desarrollo cognitivo y emocional de sus hijos, ya que este comportamiento los niños suelen tomarlo como si fuera su culpa, sobretodo en la edad de 0 a 3 años.
Y ningún niño tiene por qué sentirse responsable por la falta de control emocional de sus papás porque esto solo le generará ansiedad, estrés, inseguridad, angustia y problemas en su desarrollo emocional, lingüístico así como en su forma de socializar.
La ciencia lo confirma. En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan y publicado en el Infant and Child Development, siguieron la vida de 700 familias durante varios años confirmó que el mal humor de los padres tenía un impacto significativo en sus hijos, siendo el más grave, el del papá en concreto.
Incluso cuando la mamá mostraba ser más estable emocionalmente y ser un apoyo para los hijos, la influencia de papá seguía siendo muy fuerte para los niños, por lo que los investigadores resaltaron la importancia de que los papás se involucraran en la crianza de los niños de igual forma que las mamás, sobretodo en la edad entre los 2 y 3 años, pues su relación con los niños tienen un impacto verdaderamente importante y significativo.
Los problemas iban desde depresión hasta alteraciones en los niveles de desarrollo, así como baja autoestima, inseguridad, más estrés y angustia, problemas para controlar sus emociones y más probabilidades de desarrollar conductas agresivas.
¿Qué hacer?
1. Erradicar el mal humor de casa para empezar e involucrarse con los niños en sus actividades y su educación.
2. Fortalece tu relación de pareja, habla de tus sentimientos, de lo que no te gusta, de lo que te preocupa, miedos, anhelos para ir generando un ambiente de confianza y comunicación en casa.
3. Trata de separar el estrés laboral de casa. No llegues a descargar todo el estrés ahí, busca un espacio para ti donde puedas sacar las cosas que te frustran sin afectar a tu familia, por ejemplo haciendo ejercicio.
4. Detecta tus emociones y trata de manejarlas de la forma más tranquila y estable posible. Esto se llama inteligencia emocional y se trata de tener autocontrol cuando algo te altera. Si no puedes lograrlo por ti mismo es importante consultar a un profesional de la salud.
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